Sábanas frías para un cuerpo de sangre caliente.

Quédate para siempre, por favor.

Hacía tanto tiempo que no me sentía bien, quizás es que no me lo merecía o simplemente el karma prefería que siguiera mal todos los días de mi vida, pero me armé de valor, de fuerza y decidí que tendría que confiar en alguien para dejarle mi corazón y que me ayudara a sanarlo, a quererme más a mi misma y como no, para que me diera ese cariño que siempre me dieron con otros fines, a fin de cuentas, para que mi cuerpo se tumbara en una cama.
No sé si cree en el destino o en las casualidades, solo sé que creo en ti. Creo en tu mirada, cuando tus ojos brillan y soló sé sentirme bien a tu lado. Creo en tus besos y en tus sonrisas. Creo que la más mínima caricia de tus manos a mi piel. Creo en todo aquello que tenga como referencia tu nombre, en todo aquello que sea creado por ti y sobretodo, en todo aquello que me haces sentir. También, creo en que realmente estará mucho tiempo a mi lado, porque no. No permitiré que alguien o algo te quite de mi camino, y no me perdonaría perderte por un mal paso en este camino, porque sí, significas felicidad plena y absoluta. Significas lo que me faltaba y lo que no quiero perder.
Si tuviera algo que destacar de ti, sería tu forma de mirar. Tan limpia y sincera. Si me lo propusiera, creo que podría saber hasta lo que sientes con solo mirarte a los ojos.
Gracias por ayudarme a cambiar mi presente, a hacerme feliz y por querer ayudarme a que mi futuro sea feliz y productivo.


                         Me encanta la locura que este amor esconde.